​¿Cómo empezó todo?
La historia de Rigo


El 19 de abril de 2020, en plena pandemia, Rigoletto llegó a nuestras vidas.
Su historia nos tocó el corazón desde el primer momento. Lo conocimos gracias a una veterinaria amiga, que nos contó cómo, tras ser atropellado, buscó refugio bajo un contenedor de basura. Cuando una protectora lo rescató, su estado era crítico: deshidratado, cubierto de pulgas y con una lesión medular irreversible que lo dejó parapléjico.
No podía mover sus patitas traseras, ni controlar por sí solo sus necesidades fisiológicas.
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A pesar de todo, Rigo no se rendía. Cada vez que alguien se le acercaba, respondía con ternura. Fue así como lo vimos por primera vez: en un vídeo, abrazando con sus patitas delanteras las manos de las voluntarias que lo cuidaban.
Supimos al instante que no podíamos quedarnos de brazos cruzados. En la protectora se planteaban la eutanasia, creyendo que pasar sus días encerrado en una jaula no era una vida digna. Aun sin saber cómo ayudarlo con sus necesidades fisiológicas, decidimos adoptarlo. Asumimos el reto.


No fue fácil. En casa ya vivían otros gatos, y Rigo llegó con traumas evidentes, en un entorno completamente nuevo para él. Pero sabíamos que merecía una oportunidad.
Buscando formas de ayudarlo, descubrimos la terapia floral para animales, algo que captó de inmediato nuestra atención. Contactamos con una terapeuta, le contamos el caso de Rigo —que por aquel entonces no dejaba de maullar— y decidimos probar. No teníamos nada que perder.
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Tras dos tratamientos, empezamos a notar los cambios. Al mismo tiempo, una querida amiga (a quien estaremos siempre agradecidas) le realizó sesiones de sanación energética. En tan solo tres meses, todo cambió: Rigo, pese a su discapacidad, se convirtió en un gato equilibrado, adaptado a su nuevo hogar, rodeado de amor… y, lo más importante, feliz. Un gato que cada día nos regala cariño y mimos.
Esta experiencia transformadora nos motivó a ir más allá. Decidimos formarnos, investigar y conocer en profundidad la terapia floral y sus beneficios. Porque no solo puede ayudar a personas, sino también a animales… ¡e incluso a plantas!
Ese es hoy nuestro propósito: acompañar, equilibrar y cuidar de todos los seres, de forma natural, con lo que la Madre Tierra ya nos brinda.
